Reconocer que las familias que buscan a personas desaparecidas corren riesgos de seguridad y han sido asesinadas por esa labor no es suficiente. Garantizar el bienestar de familiares tiene que ver también con pensar en programas específicos que prevengan todos los impactos que viven en distintos aspectos, como el económico, emocional, y de salud física y mental.

“Son muchos los riesgos, aunque no se concreten; recibimos muchos impactos en nuestras vidas. Tener un familiar desaparecido te cambia la vida por completo, los planes, la convivencia, miembros de familias que no llegan a comprender por qué siempre estamos buscando, amistades que por miedo ya no nos hablan”.

“Y no se diga la discriminación que podemos llegar a sufrir en el trabajo”, describió Ana Alanís, durante la presentación

See Full Page