En la primera gran noche de Samuele Mulattieri en Riazor , una fiesta que parecía privada cuando a los ocho minutos el italiano puso su primera diana como local, David Mella decidió autoinvitarse y regalar una carta de despedida en forma de goles. El coyote blanquiazul voló desde la diestra, arrancando en esa posición de carrilero que parece sentarle como un guante, y aprovechó primero un regalo de Arribas y, después, una asistencia inmejorable de Luismi. En ambos había participado el liguriano que ahora lidera el frente de ataque gracias a una capacidad excelsa para hacer buenos los envíos en largo de Germán Parreño. Brilla el Deportivo , líder solitario durante, al menos, unas horas. Anecdótico, sí, pero el equipo coruñés está de vuelta.

Antonio Hidalgo ha construid

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