La productora de El Deseo, la primera que recibe el premio Donostia en el Festival de San Sebastián, repasa junto a elDiario.es los entresijos de cinco de las películas que ha rodado
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El Festival de Cine de San Sebastián nunca había dado su premio de honor, el Donostia, a una productora. En sus 73 ediciones solo intérpretes y cineastas habían recibido el galardón hasta que este año una mujer ha roto esa barrera. Se trata de Esther García, la gran productora del cine español, y en su carrera es solo una barrera más que rompe esta pionera que demostró que una mujer podía producir en una industria de hombres. Lo hizo, primero, como secretaria, ayudante o jefa de producción en películas como Pim, pam, pum… ¡Fuego! (Pedro Olea, 1975) o El año de las luces (Fernando Trueba, 1986).
Pero fue con su entrada ese mismo año en El Deseo, la empresa creada por Pedro Almodóvar y su hermano Agustín, cuando Esther García empieza a desplegar su talento. Gracias a ella se produjo un cine que en España, marcada entonces por la llamada Ley Miró, no se hacía. No solo fue la mano derecha en la producción de todos los títulos de Almodóvar, sino que desde El Deseo comenzaron a buscar el talento que nacía en nuestro país y en Latinoamérica para también levantar esos proyectos.
Álex de la Iglesia, Lucrecia Martel, Isabel Coixet, Guillermo del Toro, Oliver Laxe… todos ellos han sido producidos por Esther García, que poco antes de recoger su premio Donostia de la mano de los hermanos Almodóvar visitaba la redacción de elDiario.es para repasar su carrera a través de cinco películas elegidas por ella misma.
'Acción Mutante' (Álex de la Iglesia, 1993)
“¡Fue increíble!”. Es lo primero que acierta a decir Esther García cuando ve el tráiler de la película de Álex de la Iglesia. Su debut en el largometraje llega en un momento en el que El Deseo estaba buscando “gente talentosa”. “Fue Paz Sufrategui, que entonces estaba en El Deseo, quien nos enseñó Mirindas Asesinas, el corto de Álex, y nos pareció que tenía mucho talento y le contactamos porque sabíamos que estaba trabajando en algo, que por aquel entonces era un corto”, rememora Esther García.
Cuando les llevó el guion no dieron crédito. “Me divertí mucho. Tenía alguna reticencia por el trato a las mujeres, pero entendido desde la locura que era la película creí que se podía aceptar”, cuenta. Lo que tiene claro es que “en España una película así no se había hecho nunca”. “No solo por la ciencia ficción, que no había tradición, sino también por lo que había que construir, de hecho trabajamos con Emilio Ruiz del Río, el maquetista de Dune, la de David Lynch”, comenta García. Una película con la que “cambia el punto de vista de lo que podía hacerse en España” y que “abre una caja que estaba cerrada y constreñía las historias que contábamos”, dice Esther García de la que considera “la película más difícil que ha hecho”.
'El espinazo del diablo' (Guillermo del Toro, 2001)
Mucho antes de La forma del agua e incluso de El laberinto del Fauno, en El Deseo ya habían olido el talento de Guillermo del Toro gracias a su debut, Cronos (1992). Los hermanos Almodóvar y Esther García le conocieron en el Festival de Guadalajara, en un momento muy delicado, ya que el padre del director estaba secuestrado. Le dijeron que cuando quisiera, les llevara una historia que quisiera rodar. “Le dijimos que estaba en nuestro radar, y que si quería contara con nuestro apoyo. Él tomó el guante, vino y fue un proceso precioso”, cuenta la productora de un guion que le encantó desde el primer momento.
Otro rodaje complicado, “muchos niños, efectos especiales, un fantasma, agua, Marisa Paredes con una pierna falsa…”, pero ayudaba que Guillermo del Toro siempre tenía todo muy claro, algo que “simplifica mucho las cosas”. Para Esther García esta película tiene un componente emocional muy importante: “A partir de aquí me planteé que era algo más que una directora de producción, que era alguien que tenía la capacidad de hacer producción ejecutiva ofreciendo ideas y cambios para mejorar el guion y la propuesta. Hasta ese momento no había tenido el crédito de productora ejecutiva”.
'Mi vida sin mí' (Isabel Coixet, 2003)
“Es imposible no emocionarse”, dice Esther García con los ojos vidriosos. Con Coixet le une una relación de amistad que comenzó en esta película que produjo. Define a la directora como una “maestra en tocar emociones” y subraya la gran implicación de todos los actores porque estaban “convencidos de que era una historia preciosa”. Ver ahora el casting impresiona. La mítica Debbie Harry, Amanda Plummer, María de Medeiros, Sarah Polley y un Mark Ruffalo que empezaba a despuntar en Hollywood.
Otra película “dificilísima”. En esta ocasión porque rodaban en Canadá y estaba la barrera del idioma de unas formas de rodar que no eran las que se llevaban en España. “Tuvimos que adoptar un sistema de rodaje al que no estábamos acostumbrados. Nunca habíamos trabajado con esos camiones, ni con esos sindicatos”, apunta. Pero muchas de aquellas novedades acabaron implementándolas en los rodajes españoles.
Con Coixet han rodado otras dos películas, pero muchas otras no, y esto es una de las claves de El Deseo. Nunca ruedan dos películas a la vez: “Todas las que hacemos tienen una vocación de trascender. De pasar a la historia como una obra de arte. Otra cosa es que lo consigamos. Y ese proceso requiero hacerlo con unos tiempos concretos y con mucha dedicación. En El Deseo no somos una factoría, somos una productora que hacemos películas con cuidado, amor y energía”.
'La habitación de al lado' (Pedro Almodóvar, 2024)
Es curioso que, a pesar de haber trabajado en numerosas películas de Pedro Almodóvar como productora, Esther García haya elegido la última. El motivo es, simplemente, que es una película que la emociona muchísimo porque trata “un tema necesario como la eutanasia que merece ser puesto sobre la mesa en una sociedad tan envejecida como la europea”. Por eso destaca el gesto “valiente” de su amigo y compañero, lo que muestra “que es alguien muy preocupado por el mundo en el que vive”.
Su primer recuerdo del filme están unidos a la pandemia, y es que por la huelga de actores casi no se puede hacer. La película cumplía todos los requisitos para que les dieran el visto bueno del sindicato, pero estaban tan saturados de peticiones que no se podían poner en contacto con ellos. Esther García pensó que la película se iba al traste cuando Julianne Moore desatascó la situación.
Describe a la actriz y a Tilda Swinton como “dos mujeres excepcionales”. “Cuando una piensa en un actor americano en un proyecto pequeño cree que todo van a ser pegas y peticiones imposibles. Sí, piden cosas a las que no estamos acostumbrados, pero nada que esté lejos de lo que se puede dar para que la película sea posible y estén cómodas y dándolo todo, porque en esta película lo dan todo”, zanja. La primera película en inglés de Pedro Almodóvar y también la última con ella como productora antes de su jubilación.
'Sirat' (Oliver Laxe, 2025)
La última que ha elegido Esther García es la última de su carrera antes de su jubilación. Y está contenta de que esta sea la que pone la guinda, porque tiene la convicción de que la película de Laxe —que representará a España en los Oscar— “ha llegado a los espectadores y les ha dado un latigazo que les ha hecho mirar de otra forma”.
Otra producción complicada, con un casting de más de un año que fue de rave en rave buscando a los protagonistas y un proceso de localización arduo. Para García esta película le ha hecho conocer también a este colectivo que “vive al margen porque quieren, que creen que este mundo se va a hundir, pero no se rinden”. “Son especiales”, dice de ellos y cuenta cómo ha surgido una conexión especial con Steph y la reacción de la ravera cuando se vio en medio de la alfombra roja de Cannes: “Era un cambio radical respecto a la vida que llevan y a sus convicciones. Ella es una mujer extraordinaria que vive como predica, y decía que aquello era una locura. Estaba en desacuerdo con esa forma de vivir, pero también lo estaba asumiendo con la responsabilidad de estar ahí”.