El presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por las siglas en inglés), Brendan Carr, construyó su reputación advirtiendo contra la intromisión de los gobiernos en la “libertad de expresión”. Eso pese a que ahora parece que está usando su cargo para respaldar precisamente eso.
Durante años, Carr se presentó como un purista de la Primera Enmienda, cuando denunciaba a demócratas y republicanos por presionar a los proveedores de televisión y a las plataformas de redes sociales. Decía que se trataba de “censura” y de una “alarmante transgresión de la libertad de expresión”.
Ha defendido la sátira política como “una de las formas más antiguas e importantes de la libertad de expresión” y advirtió que incluso las campañas de presión sutiles o informales —cartas, audiencias o ame