Han pasado 40 años desde el terremoto del 19 de septiembre de 1985, que con una magnitud de 8,1 devastó a la Ciudad de México y dejó una huella imborrable en la historia del país. El sismo, cuyo epicentro se registró a unos 400 kilómetros de la capital, en la costa del Pacífico, sacudió durante 90 segundos a una de las urbes más pobladas del mundo y expuso su vulnerabilidad frente a fenómenos de gran magnitud.
El gobierno del entonces presidente Miguel de la Madrid reportó oficialmente unas 3.000 muertes, pero estimaciones más amplias elevan la cifra a más de 10.000 fallecidos. El número exacto sigue siendo incierto, aunque lo que sí está documentado es el colapso de unas 200 edificaciones y daños graves en miles más. Hospitales, viviendas, escuelas y oficinas quedaron destruidos en cues