Viejos malestares, nuevas decepciones.
1. El voto autoflagelante.
Hace casi dos años la sociedad festejó 40 años de democracia votando masivamente a Milei. De Alfonsín en 1983 a Milei en 2023. Esos contrastes hablan por sí mismos.
El último ballotage tuvo mucho de emocional y el Gobierno de Milei recibió desde el comienzo un apoyo basado en una ilusión, en un rencor antipolítico. En nuestros días, para algunos que lo votaron, la tierra prometida de Milei es la tierra de las promesas incumplidas.
El sistema político que dejó crecer durante años malestares e incentivó políticas de la fragmentación hoy se ilusiona con recuperar algo de su centralidad perdida. No parece interesado en realizar un diagnóstico sobre las razones estructurales y emociones sociales de aquel voto autoflagelante.