Antes de la pandemia de Covid-19 en 2020, los especialistas en salud pública decían que las vacunas eran "víctimas de su propio éxito".
Esto se debía a que mucha gente había olvidado lo graves que podían ser enfermedades como la polio o el sarampión en la vida diaria de los estadounidenses. Según los expertos, si esos males reaparecieran, los padres volverían a sentir un gran temor.
Sin embargo, esa predicción resultó errónea en pleno 2025.
Pocas opiniones cambiaron, aun después de que el brote de sarampión más grande en Estados Unidos desde el año 2000 se propagara por comunidades no vacunadas, infectando a cientos y quitándole la vida a dos niñas en Texas.
Texas no fue un epicentro aleatorio para un brote de este tipo.
El porcentaje de niños de preescolar que recibieron vacunas cont