Después de la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, Javier Milei moderó el discurso, reconoció errores, y se dedicó a dar explicaciones. Pero el fuerte revés en el Congreso, diez días después, provocó una reacción distinta en el Presidente y su equipo, con acusaciones de desestabilización hacia la oposición, y una nueva ola de insultos de parte de sus militantes virtuales -algunos de ellos funcionarios- a la dirigencia de las otras fuerzas políticas, inclusive las que hasta hace poco colaboraron estrechamente con el Gobierno.
El Gobierno oscila en sus reacciones conforme pasan los días y se profundiza la crisis económica. Pasa de la victimización, al contraataque, al reconocimiento de los errores, y viceversa.
Vociferando, gritando, exultante, el Presidente se mostró en