A 4.000 kilómetros del frente oriental europeo puede no resultar fácil hacerse idea, pero basta imaginar la consternación y el pavor de una noche con más de 700 drones explosivos sobrevolando España en dirección a sus objetivos: 20 a las refinerías de Tarragona, 100 al puerto y ciudad de Barcelona, otros 100 al aeropuerto y los edificios ministeriales de Madrid , 20 más a las plantas industriales de aviación en Getafe, 10 a la base OTAN de Bétera, 20 a las factorías de ensamblaje de blindados en Alcalá de Guadaíra, 20 repartidos por las plantas de energía solar de Extremadura, 30 a los astilleros navales de la bahía de Cádiz, otros tantos en Vigo y Cartagena, y decenas con destino a edificios de viviendas en las periferias obreras de las capitales…
Esa es la realidad cotidiana en Ucra