Barcelona / Madrid El deslumbrante por la investidura de Salvador Illa fue el acuerdo para que Catalunya tuviera un nuevo modelo de financiación singular que pasaba por recaudar todos los impuestos, empezando por el IRPF. Aparte del PSC, el acuerdo también lo avaló el PSOE en un comité federal, la garantía que le sirvió a ERC para someter ese pacto a votación de las bases –que avalaron con una ajustada mayoría, un 53,5%–. Aunque sobre el papel el pacto establecía que de cara al próximo año la Agencia Tributaria de Catalunya (ATC) ya debía recaudar el IRPF, a lo largo de los últimos meses esta previsión no sólo ha mutado, sino que el cumplimiento global del pacto ha quedado en el aire. El choque entre Esquerra y el ministerio de Hacienda se ha hecho evidente en las últimas semanas, dejando
Montero vs. Junqueras: la viabilidad de la financiación singular en juego

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