Se ha hablado mucho del entre el príncipe Harry y su padre, el rey Carlos III. Aunque no ha trascendido su contenido, se interpreta como un primer gesto en el deshielo y posible reconciliación tras varios años de distanciamiento. La reunión, celebrada en Clarence House, duró unos 55 minutos y coincidió con el tercer aniversario de la muerte de la reina Isabel II.

Para hacer este momento más agradable, el personal real lo tenía todo planeado: sándwiches, galletas e incluso el famoso pastel de chocolate favorito de Harry. Toda una delicadeza que no pasó desapercibida y que le dio a este intercambio el aire de una auténtica merienda paterno filial. Fue suficiente para animar el ambiente y que muchos creían imposible.

El deseo expreso del duque de Sussex es retomar la relación con su

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