La presión de algunos países europeos y de sectores de la sociedad civil para excluir a Israel del próximo Festival de Eurovisión ha generado una ola de reacciones diplomáticas. Tanto Alemania como Austria han salido públicamente a rechazar cualquier intento de boicot , defendiendo la esencia del certamen como espacio de encuentro cultural .
El ministro alemán de Cultura advirtió que expulsar a Israel supondría traicionar el espíritu fundacional del concurso : "Eurovisión se fundó para unir a las naciones a través de la música . Excluir a Israel hoy significaría ir en contra de esta idea fundamental y convertir una celebración del entendimiento internacional en un tribunal". En la misma línea, añadió que el certamen debe preservar su carácter artís