La madre aproxima su bebita a la ventana. Nieva. La niña abre sus ojos almendrados y pasmada observa, seguro que, por primera vez, la blancura de la nieve. Ah, ah, dice la niña. La mamá acerca tiernamente una poquita nieve robada del alfeizar y la pequeña la estruja entre sus minúsculos dedos. En
A propósito de Alzheimer

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