
Ubicada en la provincia de Ourense , hay una villa de un profundo encanto medieval cuya importancia fue tal que el rey Alfonso X “el Sabio” pasó allí largas temporadas de su infancia . Se trata de Allariz , declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1971 y que ha sido reconocida por su excepcional labor de recuperación patrimonial, llegando a recibir el Premio Europeo de Urbanismo en 1994 . Su centro histórico, con calles empedradas, casonas hidalgas, iglesias centenarias y cruceiros, transporta a todo agradecido viajero o visitante a una época de esplendor. Los orígenes de Allariz se remontan a tiempos prerromanos, aunque una leyenda popular atribuye su fundación en el siglo VI a un caballero llamado Alarico. Sin embargo, su relevancia histórica comienza a consolidarse a partir del siglo XI, cuando el rey Alfonso VI mandó levantar un castillo y sus correspondientes murallas, sentando las bases de la estructura defensiva que marcaría su desarrollo posterior.
La Edad Media fue un periodo de gran esplendor para Allariz, que alcanzó el estatus de Villa Real en el siglo XII gracias al fuero concedido por Alfonso VII. Posteriormente sería el rey Alfonso X “el Sabio” quien refrendaría la importancia de la villa con su presencia más que habitual. De hecho, hay investigadores que aseguran que fue en Allariz donde aprendió la lengua galaico-portuguesa que más tarde emplearía en algunas de sus famosas Cantigas . Más tarde sería su hijo Sancho IV quien nombrase a la localidad “Llave del Reino de Galicia”, consolidando su posición estratégica.
El tejido social y religioso de Allariz se enriqueció notablemente durante este periodo. La villa albergó una importante comunidad judía desde la Edad Media, cuyo legado se percibe en el barrio de Socastelo, con sus calles estrechas y serpenteantes . En 1268, la reina Violante, esposa de Alfonso X, fundó el convento de clarisas, un hito fundamental en la historia local. Ya en el siglo XVI, se instalaron cuatro cruceiros en las parroquias como medida de protección divina contra las epidemias de peste que asolaron la región.
A pesar de su apogeo, Allariz también enfrentó siglos de adversidades . En el siglo XVIII, un incendio devastó el monasterio fundado por la reina Violante, aunque fue reconstruido siguiendo el estilo barroco de la época. El siglo XIX fue especialmente nefasto, ya que la invasión de las tropas napoleónicas y las desamortizaciones provocaron el desmantelamiento del castillo, parte de la muralla y el deterioro del convento de las clarisas. Tras el declive de las industrias del lino y el cuero, durante el siglo XX la villa inició un proceso de recuperación enfocado en su valioso patrimonio, con toda una serie de joyas de la arquitectura que hoy pueden disfrutarse en medio de un paisaje que regala a quien la visita calma y una rica vegetación.
Y es que el patrimonio arquitectónico de Allariz es un testimonio de su rica historia. Su casco antiguo conserva el trazado medieval y está salpicado de obras monumentales como la Iglesia de Santiago, un edificio clave del románico gallego del siglo XII. Otras iglesias notables son las de San Esteban, la de San Pedro y la de Santa María de Vilanova. Un símbolo indiscutible de la villa es el imponente puente de Vilanova, una construcción de origen románico que ayuda a cruzar el río Arnoia y que ha sido un importante cruce del Camino de Santiago . El puente es de tal envergadura y belleza que deja casi sin palabras a quien lo observe de cerca .
Varios museos singulares
El mencionado Real Monasterio de Santa Clara, fundado por la reina Violante, sigue siendo hoy en día una de las construcciones más imponentes de la villa y alberga uno de los claustros barrocos más grandes de toda nuestra geografía . Aunque el claustro no es visitable por ser un convento de clausura, sí se puede acceder a su iglesia y a un pequeño pero valioso museo de arte sacro. En él se exhiben dos tesoros donados por la propia reina: la Virgen Abrideira, una exquisita talla de marfil del siglo XIII, y una Cruz de Cristal de roca, una pieza excepcional de orfebrería gótica.
La oferta cultural de Allariz no queda ahí y se puede completar con una variedad de museos un tanto singulares. Destaca el Museo del Juguete , que alberga una colección de más de mil piezas desde principios del siglo XX hasta los años 60. El Museo do Coiro (Museo del Cuero) , ubicado en una antigua fábrica de curtidos del siglo XVIII a orillas del río, permite comprender la importancia histórica de esta industria en la villa. Allariz cuenta también con un Museo de la Moda y un Museo Etnográfico , que enriquecen la experiencia del visitante.
El entorno natural, con el río Arnoia como epicentro, es otro de los grandes atractivos de Allariz . Sus riberas ofrecen amplias zonas verdes, playas fluviales y espacios para el ocio y el descanso. Gran parte de su territorio forma parte de la Reserva de la Biosfera reconocida por la UNESCO en 2005, que premiaba la armonía entre su riqueza natural, histórica y cultural. La vida en Allariz también está marcada por tradiciones y festividades con gran arraigo popular, como la Festa do Boi, el Entroido (carnaval) o la Festa da Empanada, eventos que logran cada año una gran participación de los vecinos de esta preciosa localidad que recuerda el majestuoso pasado de Galicia .