Cientos de tambores y bucios marcaron este domingo el latido de Santa María de Guía , el municipio del norte de Gran Canaria que cada año cumple el Voto de Vergara y agradece a la Virgen el milagro de acabar con la plaga de langostas que azotó a los campesinos de esta localidad hace ya 214 años, en 1811, en plena epidemia de la fiebre amarilla .

El sonido envolvente de las caracolas y el constante golpeteo de los tambores decorados con elementos florales, frutas e, incluso, representaciones de los insectos que arrasaron con las cosechas hace dos siglos, fueron más poderosos que el calor y cientos de personas, algunas de ellas llegadas de islas como Tenerife o La Palma , recorrieron el casco antiguo de Santa María con devoción durante la procesión y co

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