Rio Grande City, Texas — Jake Margo Jr., en la sala del Hospital Memorial del Condado de Starr, explicó por qué una persona con fiebre persistente, que podía tratarse con medicamentos de venta libre, no necesitaba ser ingresada en urgencias. “Primero atenderemos a los pacientes más graves”, dijo Margo, médico familiar.
De todas formas, no había espacio esa tarde de junio. Un pequeño monitor en la pared marcaba las constantes vitales de los pacientes, que llenaban la sala de urgencias. Una ambulancia esperaba afuera, bajo el calor del sur de Texas, con un paciente esperando a que se desocupara una cama.
“Todos vienen aquí”, dijo Margo. “Cuando estás abrumado y desbordado, no hay mucho que puedas hacer”.
El condado de Starr, una comunidad hispana mayoritariamente rural en la frontera sur