La campaña es evidente.
Desde todos los espacios del oficialismo se habla bien de los hermanos López Beltrán, hoy por hoy Andrés Manuel y Gonzalo, pero antes y en varias ocasiones también su hermano mayor, José Ramón.
Y seguramente necesitan ese cobijo.
Desde Palacio Nacional hasta la dirigente morenista Luisa María Alcalde se trata de deslindar de escándalos a los hijos de Andrés Manuel López Obrador.
Por origen y herencia, dice la narrativa pública, son personas honestas y las críticas provienen de la derecha, de los conservadores, de los enemigos del movimiento del tabasqueño.
Pero la duda lleva a preguntarse cuánto han contribuido ellos a generar, con su comportamiento, con hechos corroborables y varios de ellos documentados, esa versión crítica.
Tal vez sin esos elementos ellos