La pompa que acompañó a Donald Trump en su visita al Reino Unido posiblemente dará frutos que beneficiarán a Londres de forma abundante y durante mucho tiempo: el gobierno británico atendió magistralmente el ego del presidente norteamericano, al que recibió con unos honores sin precedentes.

Los anfitriones esperaban así mantener buenas relaciones comerciales con Washington y poner de relieve la “relación especial” entre Londres y su antigua colonia americana.

Trump parece tan satisfecho que ya ha anunciado una invitación para el monarca británico, a pesar de que en su discurso durante la cena de gala en el Palacio de Westminster, el rey dejó claro que Londres no se plegaba totalmente a la política de Washington en Ucrania, sino que mantendría su apoyo para que ese país pueda resistir los

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