Cuando la cantante yucateca Emma Alcocer conoció a Alicia, una pequeña con parálisis cerebral y severas dificultades de comunicación, nunca se imaginó el efecto que en ella tenía el escuchar la música; un brillo en los ojos, el esbozo de una sonrisa y algunos movimientos corporales, evidenciaban la alegría que esta le producía y el hecho resultó una gran lección para la artista: La música es universal y tiene el mismo efecto en todos.
Cierto es que para Emma, con unan amplia, destacada trayectoria en el terreno de la música, el ofrecer clases de canto era parte de su desarrollo profesional, sin embargo después de conocer a Alicia el hecho la marcó profundamente y desde entonces en su mente comenzó a estructurar una idea de un proyecto colectivo, musical incluyente, una propuesta artística