El Impuesto sobre el Patrimonio, pese a su elevada progresividad normativa, tiene una efectividad redistributiva limitada y opera en la práctica como un impuesto simbólico. ... Esta es la conclusión del último estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) en el que revela que el tributo concentra la carga sobre el 0,5 % más rico de la población. Esta aparente progresividad, señala, se diluye por su escasa cobertura y por la descentralización autonómica, que permite aplicar bonificaciones del 100% en comunidades como Madrid, Andalucía o Extremadura. El resultado: diferencias territoriales, baja recaudación y escaso impacto en la reducción de desigualdades.
Todo, pese a que la recaudación del impuesto de patrimonio aumentó en 2023 hasta los 1.970 millones de euros, un