El fallo del Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel) que dejó sin efecto la candidatura de la senadora Ximena Rincón no es un tecnicismo ni una maña política. Es la Constitución hecha valer y, sobre todo, es el Estado de Derecho funcionando.

Durante años hemos escuchado a la senadora levantar la bandera del respeto irrestricto al Estado de Derecho. Pues bien, eso es precisamente lo que ocurrió: un requerimiento tramitado legalmente, un tribunal independiente y una decisión categórica. Aquí no hubo conspiraciones, ni secretarías oscuras, ni maquinaciones. Hubo Constitución. Hubo reglas. Hubo institucionalidad.

El Maule sabe lo que significa sentir que algunos se adueñan de los cargos, como si fueran vitalicios o heredables (ver caso Coloma). Por eso esta sentencia es también un acto d

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