SAN PABLO -“¿Se saludarán si se encuentran en un pasillo?”. Este es el interrogante que se plantean los diplomáticos ante las hostiles relaciones entre Donald Trump y Lula da Silva . Es que mañana, por un acuerdo que es de rigor en las asambleas anuales de las Naciones Unidas, al presidente de Brasil le toca dar su discurso primero, en la apertura de la reunión. Y luego, de inmediato le corresponderá hacer otro tanto al jefe de la Casa Blanca . Lo que se sabe, por comentarios del entorno del líder brasileño, es que su discurso quedará abierto hasta último momento, para completar información sobre la orientación del norteamericano.

A priori es posible ver que los vínculos están quebrados y solo resta alguno que otro puente frágil para retomar las relaciones. Eso explica que Lula no h

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