Nadie imagina que, detrás de los podios, los aplausos y los récords, hay un pasado signado por la vergüenza y el fracaso. Jim Walmsley supo lo que es ver todo derrumbarse y atravesar la más oscura de las tormentas.

Su historia no arranca en la cima, sino en el fondo: expulsado de la Fuerza Aérea de Estados Unidos , derrotado por sus errores y hundido en la depresión. El destino parecía cerrar la puerta, hasta que eligió convertir esa caída en el motor de una transformación radical. Hoy es uno de los ultramaratonistas más admirados del mundo, protagonista de hazañas que, hace una década, habrían parecido imposibles.

El sueño truncado: la caída militar

Desde joven, Jim Walmsley tuvo una sola certeza: quería pertenecer a la Fuerza Aérea. Su disciplina y su éxito como corredor en

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