La reciente muerte de Ricky Hatton volvió a encender una alarma en el boxeo : más allá de los títulos y las bolsas millonarias, la pelea más dura suele darse fuera del ring . La depresión, las secuelas de las conmociones cerebrales y el vértigo de la pérdida de identidad afectan a generaciones de pugilistas en un entorno donde se castiga la fragilidad y se glorifica la resistencia.

Golpes en la cabeza: secuelas neurológicas irreversibles

El boxeo profesional proyecta una sombra persistente sobre la salud cerebral de quienes lo practican. Los traumatismos craneoencefálicos , tanto en entrenamientos como en combate, dejan secuelas acumulativas. Cada impacto implica un riesgo de inflamación cerebral y microhemorragias.

Un estudio del British Medical Journal advierte que un

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