Bien harían las y los morenistas de Baja California que suspiran por ser candidatos para el 2027 en dejar de presumir que forman parte de un movimiento de transformación, que por el bien de México primero los pobres, y que ellos no mienten, no roban y tampoco traicionan, porque para ese entonces podrían no sólo ser frases desgastadas si continúan ocurriendo delitos de alto impacto y no se recupera la seguridad pública.

Aunque no tengan oposición al frente y eso eventualmente les garantice otra “aplastante” victoria electoral, Morena y sus aliados en esta entidad fronteriza deberán aceptar que varios municipios, entre ellos el de Ensenada, será moneda de cambio, y que la candidatura a la gubernatura, que todo indica recaerá en un hombre, se decidirá en una mesa de negociaciones en la Ciuda

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