El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad —Albert Einstein
El ser humano con toda la grandeza que le da su humanidad, con su deseo de hacer el bien, abierto al amor y al entendimiento puede llegar a matar a un hijo, a sí mismo, ejecutar aberraciones sexuales y ser cruel.
El misterio del mal es inherente a nosotros mismos y nos hace llegar a acciones criminales.
El mal es un misterio. Las criaturas somos lo mejor que tiene el planeta Tierra y las fuerzas del mal, tal vez, podríamos compararlas a ser un buen coche en el que se va al volante dirigiéndolo con fuerza y perseverancia para acabar chocando a la menor distracción.
Y el misterio es que nosotros solos no podemos dominar el mal que nos arrastra. Podemos tratar a fuerza de voluntad