En el pequeño pueblo de Malabar, Florida , durante noviembre de 1985, una escena aterradora paralizó el tráfico de la carretera. Una joven apareció súbitamente, corriendo desnuda y esposada, visiblemente ensangrentada y aterrorizada .
Solo alcanzó a suplicar al conductor que se detuvo a ayudarla: “No quiero volver a esa casa, prométame que no me llevará” . Aquella súplica sellada por el pánico y el trauma revelaba que algo fuera de lo común acababa de suceder.
El conductor la rescató y pidió asistencia policial. El personal médico del hospital donde la atendieron confirmó que la víctima había perdido entre el 40% y el 45% de su sangre y presentaba señales de estrangulamiento.
Al declarar ante la policía, contó que un hombre desconocido la secuestró luego de ofrecerle llevarl