Wall Street vive una nueva fiebre especulativa que recuerda a los viejos tiempos de las burbujas tecnológicas, pero con la inteligencia artificial como protagonista indiscutible. El Nasdaq ha recuperado el liderazgo en el parqué neoyorquino y la sensación entre inversores y analistas es clara: nadie quiere quedarse al margen de un movimiento que parece imparable. El capital fluye en cascada, consolidando un ecosistema cada vez más cerrado donde gigantes como Microsoft, Nvidia, OpenAI, Broadcom, TSMC u Oracle se entrelazan en una red de alianzas e inversiones millonarias, a la que ahora incluso Apple intenta incorporarse.
El impacto de esta dinámica no se limita al ámbito corporativo: también se traduce en una fuerza determinante sobre los mercados financieros. El Nasdaq 100 sube ya un 18