En cualquier mercadillo o tienda de recuerdos de Lanzarote , dos pequeñas figuras de barro llaman la atención.

Son hombre y mujer, desnudos, con sus atributos resaltados, y se venden como “Los Novios del Mojón” . Se cuenta que, en la antigüedad, los aborígenes majos las intercambiaban para sellar compromisos de amor y fecundidad, en lugar de alianzas o promesas solemnes.

La historia suena hermosa, casi poética. El problema es que no hay pruebas de que fuera cierta .

Lo que sí conocemos es otra historia, más reciente pero no menos fascinante, protagonizada por dos personajes claves en la memoria cultural de Lanzarote: Juan Brito y Dorotea de Armas.

Dorotea y la arcilla de El Mojón

En el pequeño pueblo de El Mojón , la tierra se transforma en cerámica desde hace siglos. L

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