Del cine, allá por 1985, a la triste e inentendible realidad , 40 años después en la provincia de Tucumán. Del icónico y desopilante filme Esperando la carroza , en el cual la inolvidable Mama Cora era velada y, horas después, aparecía en su propio velorio, a la ciudad de Villa Carmela , en donde se vivió un confuso episodio familiar .

Pero, en esta ocasión, no había una ficticia anciana de 80 años como protagonista, sino un joven de 22 años que asistió a su propia ceremonia de duelo y dolor .

La confusión alcanzó su punto máximo durante el velorio, cuando el joven al que todos creían fallecido irrumpió en la ceremonia y exclamó: “¡estoy vivo!” que dejó en evidencia una grave confusión en el proceso de identificación de un cuerpo atropellado sobre la ruta que conecta con la c

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