Ese día, como cualquier otro, Alí Yael González Aranda, estudiante de la Vocacional 7 del Instituto Politécnico Nacional (IPN), salió de clases rumbo a su hogar en Chimalhuacán. Subió al microbús con la rutina de siempre, sin imaginar que un estallido interrumpiría su vida y la de otros pasajeros. Alí, con apenas 17 años, se convirtió en la víctima número 29 del pipazo en el Puente de la Concordia; sus padres tuvieron que recorrer muchos hospitales hasta encontrarlo. En redes sociales lo habían visto en video, con el rostro quemado.
Jóvenes que resultaron muertos en el pipazo, como Alí, eran estudiantes de esa voca y otros de la Universidad de la 4T, la Rosario Castellanos. Pretendían convertirse en ingenieros, bibliotecarios, entre otras carreras. Maryan, una madre que colgó un mensaje j