Filipinas fue escenario de un episodio devastador: el supertifón Ragasa, la tormenta más intensa del año, tocó tierra en el norte del archipiélago con vientos sostenidos de 267 km/h, fuerza equivalente a un huracán de categoría 5.
El impacto fue letal y al menos tres personas murieron, nueve resultaron heridas y cinco permanecen desaparecidas.
Más de 17.500 personas fueron evacuadas por inundaciones y deslizamientos de tierra, según el Consejo Nacional de Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres reseñado por CNN.
La provincia de Cagayán, epicentro del golpe inicial, registró daños masivos en viviendas e infraestructura.
Las imágenes de satélites de JAXA y la NASA, e incluso desde la Estación Espacial Internacional, capturaron la magnitud del sistema, confirmado también por el astrona