Los stickers de WhatsApp se han convertido en una forma popular y divertida de comunicación. Sin embargo, en México, utilizarlos a partir de la imagen de otra persona sin su consentimiento puede tener consecuencias que van más allá de lo social.
En primer lugar, desde el punto de vista social, estas prácticas pueden derivar en burlas, estigmatización o bullying digital. Convertir a alguien en objeto de chistes mediante stickers afecta la manera en que es percibido en su entorno, reforzando estereotipos o ridiculizaciones que dañan su reputación.
En el plano psicológico, expertos señalan que la exposición involuntaria puede provocar sentimientos de ansiedad, vergüenza y pérdida de control sobre la propia imagen. Para las víctimas, ver su rostro convertido en objeto de memes puede derivar