Cuando se habla de ejecución presupuestal en el país, a primera vista, las cifras muestran un logro que podría parecer positivo, ya que a agosto de este año, las obligaciones de pago de la Nación por la ejecución del Presupuesto General de la Nación (PGN) sin deuda ya alcanzaban el 51,7% del total, un nivel superior al observado un año atrás (48,3%) y cada vez más cerca del estándar histórico de 53,8%.

Dicho en palabras simples, el Gobierno está ejecutando su presupuesto más rápido que en 2024 y a un ritmo que lo acerca al promedio de largo plazo; con lo cual, poco a poco se dejan atrás los fantasmas de la subejecución y se reduce el riesgo de que los rezagos presupuestales presionen el gasto el próximo año.

Consulte aquí: La coyuntura económica del país: en qué estamos

Sin embargo,

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