El Fluminense tuvo el martes una noche de horror en el Maracaná. Fue eliminado por Lanús en cuartos de final de la Copa Sudamericana, vio incidentes de violencia entre la policía y la hinchada visitante en las tribunas y, para colmo, se quedó sin entrenador por la renuncia de Renato Gaúcho.
El Granate se anotó en su historia su propio Maracanazo, al avanzar a las semifinales del torneo regional con un empate 1-1, suficiente después de ganar 1-0 una semana atrás en Buenos Aires.
"Presenté mi renuncia", dijo en rueda de prensa posterior al juego Renato, de 63 años. "A partir de ahora va a estar otro aquí" y "quiero ver si va a poner el equipo que el torcedor quiere o el equipo que tiene en su cabeza", agregó con disgusto, al asegurar que siempre intentó "hacer lo mejor posible por el club"