La llegada de las bajas temperaturas y el ambiente seco propios del otoño suele coincidir con un aumento de enfermedades respiratorias y alergias . Durante esta estación, el descenso térmico y la reducción de horas de luz afectan al sistema inmunológico , lo que incrementa la vulnerabilidad frente a infecciones y otros trastornos de salud.
Entre los padecimientos más habituales en otoño destaca el resfriado común que provoca, principalmente, por el rinovirus. Esta infección viral se transmite con facilidad tanto por el aire como por el contacto con superficies contaminadas.
Los síntomas más frecuentes incluyen congestión nasal, estornudos, dolor de garganta y, en ocasiones, fiebre leve . Para reducir el riesgo de contagio, se recomienda lavarse las manos con frecuencia, evita