En su tercera visita a México, Kendrick Lamar enardeció a las más de 60 mil personas que se dieron citan en el Estadio GNP. Fotos: Daniel Betanzos/Jorge Emilio Sánchez

Desde la grada Kendrick se veía pequeño, casi diminuto, apareció misterioso, en medio de la oscuridad del escenario, con la mirada hacia el suelo, los gritos inundaron el Estadio GNP Seguros, mientras él solo posaba, esperaba, es pequeño, pero cuando su música suena se impone, se hace enorme.

Squabble up fue el primer tema con el que Kendrick encendió los ánimos, y no sólo eso, también el escenario que desde las primeras notas de un bajo que hacía vibrar hasta la garganta, el pecho, el fuego salió desde la tarima y lo alto del escenario con Kendrick ahora sí cantando tan rápido como la luz estrobo que lo acompañaba.

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