Estupefacción en el Gobierno por la decisión de juez Juan Carlos Peinado de enviar a juicio por malversación a Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez , con jurado popular, así como a su asistente y al delegado del Gobierno en Madrid. Sin esperar ni siquiera a analizar a fondo el auto, fuentes de Moncloa se referían a “acoso” y calificaban este paso en el proceso judicial de “tremendo”. Otras fuentes del Ejecutivo elevaban el golpe para asegurar su sorpresa por el hecho de que “le sigan dejando hacer”, en una velada referencia al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) . En la misma línea exhortan el “desprestigio para la justicia de este señor” y muestran su esperanza de que “le paren antes”.
La sombra de sospecha sobre prevaricación siempre recayó sobre Peinado por miembros del Go