Once civiles, entre ellos ocho niños, murieron el sábado en la capital de Haití cuando unos drones dirigidos contra el líder de una pandilla alcanzaron una fiesta de cumpleaños en la que se habían reunido vecinos de la comunidad, dijo un grupo de derechos humanos.

En marzo, las autoridades de Haití contrataron a militares extranjeros para que operaran drones armados a fin de combatir a las pandillas que aterrorizan la capital, Puerto Príncipe. Los contratistas trabajan para una empresa propiedad de Erik Prince, destacado partidario del presidente Donald Trump.

Los expertos han advertido de que los ataques no solo constituían una violación del derecho internacional, pues no existe un conflicto armado declarado oficialmente en el país, sino que también podían infligir daños colaterales en

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