Gabriel Fernández ingresó a la cárcel cordobesa de Bouwer en octubre de 2016, y un año más tarde fue condenado a tres años de prisión. Pero mientras se ejecutaba su pena, le declaró a la Justicia que se autopercibía mujer.

Tras esto se cambió de género, y fue transferida en diciembre de 2018 con su nuevo nombre Gabriela a la prisión de mujeres. Allí violó a siete presidarias. Ahora, elevan a juicio la causa con un agravante: durante los abusos, la detenida sabía que tenía sífilis, una enfermedad de transmisión sexual, y contagió a sus víctimas.

La acusación fue elevada por el fiscal Juan Ávila Echenique, quien apuntó contra Gabriela Nahir Fernández, de 34 años, acusándola de ser probable autora penal de los delitos de abuso sexual simple reiterado (marca dos hechos puntuales) en concurso

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