, aún tocado, habla con firmeza. Apenas han pasado unos días desde que un novillo de Victoriano del Río lo hiriera de gravedad en San Agustín del Guadalix. Fue una cornada seca, certera, durante un quite en los primeros compases de la tarde. No pudo continuar.
El parte médico fue claro: “herida por asta de toro en región perianal, con una trayectoria ascendente de 20 centímetros que alcanza cavidad abdominal, afectando al recto y vejiga, con gran hemorragia. Pronóstico: muy grave” . La intervención de urgencia fue decisiva. Hoy, se recupera con serenidad en la habitación del hospital, acompañado por su familia.
Se le nota dolido físicamente, pero entero. Su voz no tiembla. «Mentalmente me encuentro bien, fuerte. Deseando volver a pisar el ruedo y volver a torear», afirma con naturali