Usuarios que contratan el servicio de gas natural para uso domiciliario están alterando sus instalaciones para abastecer negocios como pollerías, restaurantes y panaderías, incurriendo en una práctica ilegal que puede poner en peligro a la comunidad.
El gerente comercial de Contugas, Arturo Ledesma, explicó que estas modificaciones no solo son una falta grave, sino también un delito que puede traer consecuencias penales. “Hemos detectado instalaciones manipuladas por técnicos ajenos a la empresa. No son trabajadores nuestros, y muchos se hacen pasar por personal autorizado”, indicó.
Aunque algunos buscan ahorrar accediendo a tarifas más bajas, el riesgo no vale la pena. Las redes de gas natural en zonas urbanas funcionan en anillo, es decir, están interconectadas. Cualquier inte