A ese punto crítico llegaron tras soportar una sucesión de choques, sobre todo locales pero también externos, que afectaron la actividad económica, los ingresos y la capacidad de pago del público. La mora, así, llegó a su fase más álgida en mayo del 2024, hasta el 4.5%, nivel ajeno al estándar de la banca peruana.

Sin embargo, poco después, a inicios del tercer trimestre de ese mismo año, ese índice de atrasos en el pago de créditos tocó un punto de inflexión, como adelantó Gestión (25.11.2025). Desde ese momento se observa un descenso consistente que decantó en un hito en julio último, cuando se ubicó en 3.54%, su registro más bajo desde diciembre del 2020 , según datos de la Asociación de Bancos (Asbanc).

Las vicisitudes para el sistema bancario iniciaron con la pandemia. Entre el 2

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