Una mujer logró infiltrarse en la seguridad presidencial haciéndose pasar por capitana de la Policía Nacional, lo que ha generado una gran preocupación en las agencias de seguridad del país. La investigación comenzó tras una denuncia de un sargento del Ejército, quien alertó sobre la presencia de esta mujer en reuniones de alto nivel donde se discutía información clasificada. Según la Fiscalía, la mujer, que mantenía una relación sentimental con un oficial, asistió a más de 30 reuniones donde se compartió información considerada "ultrasecreta".

La mujer, identificada como Luisa Fernanda Salgado Fernández, utilizó documentos falsos para presentarse como oficial de la Policía bajo el alias de "Stephanie". Junto a ella, fueron capturados dos militares activos: el mayor Pedronel Jiménez Cárdenas y el suboficial Cristian Padilla Villanueva. Estos oficiales estaban vinculados a operaciones de protección presidencial y, según la Fiscalía, facilitaron el acceso de Salgado a instalaciones sensibles.

Las detenciones se llevaron a cabo el 19 de septiembre, tras una operación de contrainteligencia que reveló un entramado ilícito. La Fiscalía ha imputado a los detenidos por delitos como concierto para delinquir, simulación de investidura, revelación de secreto y fraude procesal. La investigación ha puesto de manifiesto que la mujer no solo accedió a reuniones interinstitucionales, sino que también obtuvo información de seguridad nacional, lo que representa un grave riesgo para la Fuerza Pública.

El director contra las Organizaciones Criminales, Nelson Andrés Escobar, indicó que la mujer asumió funciones exclusivas de los oficiales y participó en actividades que comprometieron la seguridad del país. La Fiscalía ha solicitado medidas de aseguramiento, argumentando que los detenidos representan un peligro para la sociedad y que su libertad podría poner en riesgo a los testigos del proceso.

Las autoridades continúan investigando la magnitud de la infiltración y si la información obtenida llegó a manos externas. Este caso ha encendido las alarmas sobre la seguridad en torno a la Casa de Nariño, especialmente porque uno de los detenidos tenía acceso directo al tercer círculo de seguridad presidencial. La situación es crítica, y se están analizando posibles intereses políticos detrás de esta infiltración.