Las juntas militares de Mali, Níger y Burkina Faso anunciaron el martes que abandonan la Corte Penal Internacional (CPI) . Los países miembros de la calificaron, en un comunicado conjunto, a la Corte como un “instrumento de represión neocolonial” y defendieron la creación de mecanismos “autóctonos” de justicia.
Este último movimiento consolida el viraje de la AES: salieron de la CEDEAO, expulsaron a las tropas occidentales de sus territorios y han continuado un acercamiento político-militar hacia Moscú. Su retirada del CPI, sin embargo, no es instantánea: el Estatuto de Roma exige notificar de la decisión al y esperar un año para que la decisión surta efecto, de manera que las obligaciones de cooperación siguen vigentes.
Aunque la AES no inaugura ninguna senda. Existen precedentes