Una ley recién aprobada en Río de Janeiro ha encendido alarmas dentro y fuera de Brasil: los policías podrán recibir bonificaciones si matan a presuntos criminales durante sus operativos. La medida, que ya es señalada como una peligrosa legalización de la violencia policial, ha sido duramente criticada por defensores de los derechos humanos y expertos en seguridad pública.
El texto, aprobado el martes por amplia mayoría en la asamblea legislativa estatal, aún debe ser promulgado por el gobernador Claudio Castro —aliado del expresidente Jair Bolsonaro— en un plazo de 15 días para entrar en vigor.
Las primas, que van del 10% al 150% del salario, se otorgarán a agentes que participen en la confiscación de armas de alto calibre o en acciones que resulten en la “neutralización” de criminales.