Sobre la hora, el gobierno de extrema derecha estadounidense decidió salvar al gobierno de extrema derecha del sur-sur de "su" continente. La razón de fondo que impulsó la ayuda histórica fue efectivamente geopolítica. Estados Unidos no es una potencia decadente, pero sí una potencia con hegemonía declinante. Y aunque su rumbo no sea muy claro, parece haber decidido replegarse sobre la que considera "su" región.
Sin embargo, al dato geopolítico se sumó uno igualmente importante para "los ingenieros del caos": la batalla cultural. La aspiración de la administración de Donald Trump es que toda la región se pueble de gobiernos de ultraderecha a su imagen y semejanza. Una caída del "aliado estratégico" sudamericano habría tenido un efecto contagio muy negativo en la disputa . Hubiese si