En un cuento de Heinrich Böll (olvidado como casi toda su obra, lamentablemente), las tropas estadounidenses de ocupación llegan a una casa colindante con un campo de exterminio. Estamos en 1945 y los soldados les preguntan a los habitantes de la casa si no se habían enterado de lo que pasaba a su lado. Se podría decir que, impertérritos, responden que tuvieron las ventanas cerradas.
En un extraño paralelismo, puede que el pueblo de Israel, en 2025, también tenga sus ventanas cerradas. En eso que se denomina la única democracia de Oriente Medio, es siniestro que sus habitantes y sus votantes, su ciudadanía, no digan nada ante el horror que perpetra su Gobierno. Por supuesto que Hamás son terroristas. Ya está dicho. Pero eso no justifica la barbarie, no justifica ningún muerto a cargo de u