River perdió 3 a 1 ante Palmeiras en la vuelta de los cuartos de final de la Copa Libertadores y quedó eliminado del certamen. Una vez consumada la derrota, los futbolistas del Millonario increparon al árbitro del encuentro, Andrés Matonte, sintiéndose perjudicados por algunas decisiones del uruguayo.
Al grito de "hijo de p...", Maximiliano Salas debió ser separado por sus propios compañeros, miembros del cuerpo técnico de Marcelo Gallardo y hasta la Policía de San Pablo.
El arbitraje del oriental no fue bueno. Omitió algunas faltas claras, no amonestó cuando debía hacerlo y tampoco expulsó, por ejemplo, a Marcos Acuña luego de agredir a los suplentes de Palmeiras.
Ya calientes porque estaban quedando afuera, los jugadores de River explotaron por una acción que definió el juego y senten