Hacer una película con grandes interpretaciones, entretenida y que resulte atractiva para el gran público. Ese, aunque parezca extraño en un director con títulos como The Master o El hilo invisible , ha sido el empeño de Paul Thomas Anderson desde que vio Huida a medianoche en 1988. Eso es lo que confesó a Leonardo Di Caprio en una charla para la revista Esquire . La comedia de acción protagonizada por Robert de Niro y Charles Grodin fue en su momento un ejemplo de película inteligente, bien actuada y con un buen equilibrio entre géneros. Pues bien, Anderson ha logrado su objetivo con creces en Una batalla tras otra , en un ejercicio de maestría en la escritura y dirección que le deja a las puertas de su primer Oscar.
El director californiano nos lleva sin respiro, en el